No por muy sabida, una obviedad es menos cierta. Esa es una de las máximas que muchos debieran aprender y que nosotros no debieramos olvidar. En un mundo cada vez más ilógico, donde la coherencia en ocasiones parece ausente; donde el "tweet" y el titular prevalece por delante del razonamiento y la veracidad, hoy daremos la vuelta a la tortilla y volveremos a enumerar evidencias que parece que a algunos se le olviden. Cuatro solamente. Podríamos citar mil, pero sería demasiado farragoso para todos. Empecemos:


- La política de recortes no es la solución a la crisis. De ésto no hacía falta ninguna constatación. La vivimos todos los días. La sufrimos de hecho. Nosotros mismos, familiares nuestros, amigos y conocidos. Sin seguridad en el trabajo, sin el pan asegurado y sin las perspectivas de ingresos extras; no nos atrevemos con razón a invertir más allá de las necesidades básicas. El Gobierno parece no atender a razones y parece que camina de la mano de Europa. Una unión de paises ahora subyugada por la presión de un único país como lo es Alemania, que pide sangre y exige cabezas de forma deshumanizada y desalentadora. Pero si esa constatación, la de la inutilidad de los recortes para reactivar la economía la teníamos presente todos, ahora además se demuestra gracias a un estudiante de Massachusetts (link). Si le hiciésemos caso, mejor pintaría nuestro futuro próximo.
- España es un estado aconfesional. Y por desgracia ésta es una gran obviedad puesta en tela de juicio. La nueva Ley de educación en que equipara saber de catolicismo a las matemáticas, asignándole un valor equitativo a cualquier otra materia, y además obligando su estudio; parece (porque lo es) una nueva forma de dogmatización de los más jóvenes. Añadamos la posibilidad de que cada español marque con una X su dación de renta anual, privilegio que no tienen otros colectivos; que no pagan el IBI de sus bienes inmuebles (que no de sus templos); que tampoco pagan IRPF o IVA, que no se contentan con evangelizar sus dogmas, sino que además pretenden politizar su iglesia o unos cuantos más (Concordatos,etc.). Todo ese cóctel da al traste la primera frase, que está recogida en la Constitución del 1978 en el artículo 16.3. Carta Magna que siempre recalco su necesidad de renovación. Debieramos por tanto darle efectividad a esa frase primigenia, y quien sabe si ampliarla hasta la palabra "laica", deseada por muchos, entre ellos yo mismo.
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