dimarts, 11 de juny del 2013

(Pseudo) Arrepentidos

Nunca es tarde si la dicha es buena. Un refrán sabio que nos instruye sobre la necesidad de revertir errores pasados y encauzar el futuro con garantías. Aunque siempre me causa un poco de desconcierto, tal vez incluso podría llegar a nombrar la palabra "estupor", toda esa serie de personas que podríamos denominar como los "neo-arrepentidos" o "pseudo-arrepentidos". Una tipología de sujetos que delante de casos sospechosos antes callaban y miraban a otro lado, pero que posteriormente han sido los primeros en declarar y hacerse las víctimas. Esencialmente al mismo tiempo en que, o bien por un lado les han quitado privilegios y toman la venganza por su mano; o por otro lado empiezan a ser susceptibles de algún delito y quieren desquitarse largando todo lo que pueden.

Vean los titulares de abajo, que están unidos por un link a su noticia correspondiente, como modo de ejemplos:




El individualismo como único "modus operandi". Está bien que se denuncien las cosas que han estado mal, que se han obrado mal. Aquellas donde haya habido cuestiones imputables y denunciables. Y cabe recordar, y es muy importante, que muchas de estas personas luchan día a día para que se den a conocer esos mismos casos. Muchas de las personas que ahora hablan y se les escucha, antes no se les prestaba atención. No todos tienen la culpa. Cierto. Pero otros sí. Y a esos me refiero con el apelativo de "pseudo-arrepentidos". Son los mismos que mientras estaban bajo el abrigo y se sentían calentitos, no tenían nada que aportar, nada que decir, nada que denunciar. Callaban y dejaban pasar el tiempo. Daba igual que se tratara de cobros de facturas en caja B-C o D, de censuras informativas o de atrocidades urbanísticas. Mientras no les afectara... Dejaban pasar el tiempo, hasta que el tiempo se les acabó y vino a su encuentro.

Las próximas palabras las diré en plural mayestático, para que todos formemos parte del mensaje que trasmitiré en este parágrafo. Si antes hubiéramos denunciado cosas, si no nos hubiéramos callado, si hubiésemos sido valientes en su momento, si la ética no nos hubiese venido de repente... muchas de las barbaridades que nos tenemos que tragar constantemente en los medios de comunicación, no habrían sido tal.

Hay miles de ejemplos que no llegan a estas proporciones. Que son ejemplos del día a día y en los cuales tenemos la decisión de denunciar nosotros mismos. Infracciones que pasan desapercibidas pero que van en contra del interés general. No hace falta citar ejemplos. Todos conocemos casos en los que la indulgencia egoísta por la cual "a mi no me toca, y por tanto no quiero meterme en fregaos", hace que pequeñas infracciones se cometan perjudicando el interés de aquellos que intentan hacer bien su trabajo, su quehacer y llevar en orden su vida.

Pero no hablaba de las pequeñas acciones. Esa es una actitud que deberemos de cuidar cara un futuro la ciudadanía entera. Es otro tema. Hablaba de los otros. De los testigos en primera persona de delitos, que ahora bajan la cabeza y hablan con la boca pequeña tras años de opulencia y risas con puros y coñacs de la Francia más pomposa. Algunos aplaudirán su "valentía" al hablar de ciertas cuestiones, una vez pasado el toro y sobretodo haciendo fuego del árbol caído. Largar a todo trapo, para salvar su propio trasero, evidentemente. O bien porque ya el árbol citado no daba el cobijo de antaño, por supuesto. Yo en cambio, me preguntaré el por qué no hablaron antes.

Pseudo-arrepentidos....