He dejado pasar un día de respiro desde las elecciones andaluzas y asturianas para poder escribir cuatro líneas al respecto. No quiero ser extenso, tampoco tengo demasiado tiempo para escribir, aunque no podía por menos que comentar cuatro cosillas. Y es que según el prisma en que se mire, este es un ejemplo perfecto de aquello que dicen: en unas elecciones normalmente ganan todos. Aunque sea mentira...
Realmente la sensación post-resultado viene directamente relacionado con la expectativa desde la que partes. Aunque la sensación difiere, y mucho, de que el resultado haya sido mejor o peor. Aún así queda claro que el Partido Popular sólamente cuatro meses después del 20N, ha conseguido perder fuelle debido a su política, a sus formas y a sus recortes indiscriminados. Y que ratificamos que el PSOE llegó al punto más bajo esa misma fecha, a partir de la cual ya no digo que vaya a subir, pero sí que se vaya a estabilizar.
Y es que cada vez los ciclos son más cortos. La rapidez de la información, las noticias constantes, las declaraciones incesantes hacen que una persona en política se queme mucho antes de lo que anteriormente ocurría. Por otro lado la subida de IU es substancial, y sería de necios no nombrarla. Y es que la gente de izquierdas no quiere sentirse huérfana y por eso necesita de un partido al que depositar su voto si no encuentran acomodo bajo otras siglas. Ahora es el momento de IU para dejar de un lado su idealismo casi imposible de conseguir, para racionalizar su mensaje. Para no hacer pinzas. Para tocar los pies en el suelo y convertirse en una izquierda operativa. De no hacerlo, y ese parece ser el caso, volverán por sus fueros y sus techos electorales pronto. Ellos mismos...
La sensación fue que el PP perdió, que el PSOE ganó y que IU sacó unos magníficos resultados en Andalucía. Yo particularmente tenía una baja expectativa para con estos resultados. Una diferencia de 12 puntos la semana previa me parecían insalvables. Es por eso que llegar a estar sólamente 1 por debajo me parece un éxito... Y después de la euforia inicial, debe de hacerme recapacitar, porque en el fondo se han perdido las elecciones. Necesitamos regenerar el espíritu socialista en esa región. Porque de izquierdas es, y sobradamente quedó demostrado: 2,5 millones de personas se decantaron por una visión de futuro y progreso. Un millón más que aquellos que optaron por la papeleta de la derecha.
Urge por tanto una regeneración en el socialismo andaluz profunda y sabemos que es capaz de ello. Las sonrisas del ayer, deben de tornarse en caras de responsabilidad del hoy. Como el Amazonas, es un pulmón de oxígeno en esta España de tono azul-unicolor. Y así debe de continuar siendo. Desde la convicción de la izquierda, y las políticas progresistas. Me diréis que 30 años de un mismo gobierno es malo... Sí, si no hay renovación de caras, y el aposento perdura. Como en la Comunidad Valenciana, sin ir más lejos. Me preguntaréis por los ERES, y os responderé que con diferencia a nuestro peculiar ejemplo de Valencia, fue Griñán y el Gobierno Andaluz, quien denunció los hechos. Los corruptos, que por desgracia espabilados hay en todas partes, cuando se detectan deben de hacer una visita por los juzgados. Y si son políticos, que también hay gente de esta calaña en todos los partidos, deben de ser expulsados de su militancia y puestos en una nevera. Como los árbitros de fútbol cuando se equivocan.
Me extendería entre parágrafos, pero me queda Asturias, donde el PSOE alcanza unos muy buenos resultados, aunque es un escenario similar al anterior, pero al contrario. Aquí la derecha gana las elecciones juntando los votos de Foro, PP y los nacionalistas españoles de UPyD. Estamos eso sí a expensas del diputado 17 de los Socialistas Asturianos, que permitiría una hipotética (aunque nada deseable a mi entender, por inestable), posibilidad para formar gobierno. Independientemente tiene toda la pinta que a los ciudadanos de esa región les han hecho pasar por las urnas para nada, por una rabieta y un desplante despótico, que dicho sea de paso, se ha hecho pagar demasiado poco. Todo el recorrido, todo esto, para pactar Foro y PP cuando no han sido capaces de llegar a un acuerdo para los presupuestos. Se merecía más castigo. Los órdagos, con el tiempo y el dinero de los ciudadanos, nunca. Y eso ha hecho Álvarez-Cascos en Asturias, que sabemos de dónde ha mamado sus formas actuales durante mucho tiempo. Por cierto, mi compañero de Juventudes Socialistas, Nino Torre, es diputado. Han encontrado un excelente político y una excelente persona en esa Cámara. Estoy orgulloso de él.
Finalizaremos con lo de las dobles lecturas. Ni se ha ganado, ni se ha perdido, ni todo lo contrario. No estamos mucho mejor que hace cuatro meses, pero evidentemente no estamos peor. Ni hemos recuperado la confianza de la gente de a pie, ni se ha perdido por completo. Si hinchamos pecho, si nos miramos el ombligo y no reaccionamos, mal irá la cosa. Cada uno puede verlo desde el cariz que quiera, aunque debemos tener los pies en el suelo. La cultura del trabajo debe de primar, y debe de servirnos sólamente para avanzar paso a paso, con constancia, humildad y paciencia. Mensajes claros, posiciones lógicas, acciones coherentes, posturas acordes, ideas congruentes y pisar la calle todos los días. Mucha gente nos está esperando. Subámoslos al carro.
La semana que viene, ya hablaremos del PSPV, que sé que lo esperáis...
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